Como si no estuviera

A la Javierita le nació un hijo invisible.
No hablo de esas que se ponen gordas y dicen que van a tener un nene y luego nada. A la Javierita le hicieron el parto y le sacaron un bebé invisible.
Llora, toma la tema y hace lo que todos hacen, pero no se lo ve.
A mi me lo deja los jueves, cuando va a la casa de una patrona que no soporta el llanto de los recién nacidos.
Yo lo tengo en brazos todo el rato para no perderlo y cuando chilla le doy la mamadera que me deja la Javierita. ¡Hay que ver cómo toma! A veces una no le vasta y entonces le entretengo con cancioncitas de la radio.
Los ojos puede que no vean nada, pero la nariz no miente. El bebé está ahí. Y el perro de la Betina puede decirlo también, (bah! ladrarlo), porque lo olfatea cada vez que entra a la casa.
Javierita no dice mucho del padre, así que por ahora es sólo suyo. Igual no se lo dejaron anotar porque si no se lo ve no existe, dijo la señora de la ventanilla.
Yo creo que es una señora vieja y fea y sin olfato y sin oídos. La Javierita dice que tiene razón, que el bebe es invisible porque todos nosotros, de a poquito, nos vamos a ir volviendo invisibles.
"Un día ya nadie más nos va a ver", dice y después se queda tan calladita que parece que no está.

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