La tarea


“La presa define su arma”, dice el cazador. No se usará lo mismo para atrapar un león, un águila o una ballena. Aunque las tres muertes provoquen entre los naturalistas igual horror.

Para él destinaron otra cosa: una labor capaz de acorralar su energía. Algo que tranquilice sus deseos, despiste sus demandas, agote sus músculos, atasque sus horarios, consuma su obstinación, desintegre sus neuronas y desbarate su ideario.
Después pusieron horario y fecha de entrega. Acordaron un pago ("porque nada es gratis en esta vida"). Y listo. Con una buena tarea se puede vencer al que más enfada. Pues la presa define siempre el arma para su caza. Ya se dijo. 


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La primavera

Éxodo

Como si no estuviera