Raíces
Levanta sus raíces como falda y se va. “Hacia el mar”, dice. “Hacia el mar”, comentan en el bosque. Lo ven irse los habitantes de las ramas. Lo ven sus pares de madera. Con asombro, primero, con envidia, después.
Cruza tierra arada, pueblo antiguo, ruta mala. Esquiva el cemento. De noche avanza, con un reptar de gusano. Imperceptible al ojo inquieto. Atraviesa revoluciones, independencias, países nuevos. Evita el aserradero. Ve envejecer al mundo, y el mundo lo mira hacerse viejo.
Y un día, al fin, entierra sus pies en la orilla y se deja estar. Absurdo en el paisaje, frente a los habitantes de la arena, en medio de la sal. “Vengo de lejos”, dice. “De lejos”, comentan las olas chocándose. Le preguntan dónde, cuándo, cómo. Con asombro, primero, con envidia, después.
Las raices son brazos que unen todos los recuerdos de la humanidad que aparecen a pesar de tener mucha tierra que los tapes, siempre va a encontrar un escavador que con mucho amor los desentierre y nos muestre sus raices como gusanos o caminos lejanos.
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