mala


Soy mala. Es lo que mejor me sale.

Lo que resulta incompatible con mi alto nivel de maldad, es mi alto nivel de culpa. Así no se puede.

Es incongruente pinchar la pelota que un niño dejó caer accidentalmente en mi patio, para luego llorar desconsoladamente y salir a comprarle una pelota mucho mejor.

No había un villano así en las historietas que leía de pequeña.

Crecí pensando que los malos eran malos y los buenos, buenos.

Entonces soy un nuevo tipo de villano. En mi escudo llevo un cuchillo y una curita.

Lastimo y reparo. Invento el daño y luego lo curo. Voy creando, en definitiva, costras, cascaritas. 

No dejo huellas (se ve), sino cicatrices.


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