segunda vida


En otra vida debí escribir muchos libros. Debí ser buena, digo. Y fructífera. Seguramente tuve amores caóticos, opiniones vehementes, defectos lacerantes, noches sin destino, mucho alcohol en sangre e intentos fructíferos de suicidio. 

Es probable que soñara, de tanto en tanto, tener una casa, una familia, un perro. Todo lo que ahora tengo. 




Comentarios

Entradas populares de este blog

La primavera

Éxodo

Como si no estuviera