El ladrón
Algunos querían ser astronautas, otros superhéroes, artistas de la tele, quizás. Sólo los hijos de los médicos y los abogados soñaban ser médicos o abogados. Pedrito, en cambio, quería ser ladrón. Jugaba a los piratas, gritando “¡Al abordaje!” cuando nadie sabía lo que significaba esa palabra. Estudiaba los mejores lugares para ganar a las escondidas e inventaba rincones secretos en donde guardar pequeños tesoros. También le gustaba dibujar planos, con pasos y puntos cardinales. Toda la vida se preparó para eso, como los médicos y los abogados se preparan para el más difícil caso. Por eso salió perfecto. Un boquete grande, un fin de semana largo, un sereno dormido. Una cifra de muchos ceros que, igual, se quedaba corta. Porque los bancos suelen decir que tienen menos de lo que tienen. Sin fallos, sin rastros, ni heridos. Tal vez recuerden haberlo visto en la tele o en los diarios. Las madres de los médicos y los abogados, muestran fotos de sus hijos con diplomas. La madre de Pedrito