Planilla

En el primer cajón van las planillas dos, cincuenta y tres, barra setenta y siete, (cuando ya están firmadas). De lo contrario permanecen en la mesa, en el extremo izquierdo. Al lado van las planillas dos, cincuenta y seis, junto a las dos, cincuenta y nueve. Las planillas hache pe a, se colocan a la derecha de la mesa. Ahí las dejan. Desde ahí se distribuyen. 

Todavía sobra espacio para trabajar bien: la lapicera negra y la azul cerca de la mano diestra, el sello del otro lado (pues al cruzar el brazo sobra tiempo para asegurarse que esté en la posición correcta), el lápiz y la goma en el frente, para acotar algo provisorio, para eliminar algo superfluo.

Puede ser que el viento sólo vea una pila de papeles, por eso sopla y despeina. Despareja. Desordena. Después cerraran la ventana con mal humor, con mal humor juntarán las dos, cincuenta y tres que se embarullaron con las dos, cincuenta y seis. ¡Cómo si fueran lo mismo! Una planilla se arriesga a ir más lejos y pierde. Queda debajo de un mueble. Aquel, el que no se mueve. Invisible a los ojos queda. A los trapos, las escobas, los plumeros. 

Este mes Miguel esperará inútilmente la pensión. Después van a avisarle (sin explicar) que es necesario empezar todo los trámites de nuevo. 



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